Las apuestas y los juegos de azar
han tenido un tratamiento escaso en la literatura sociológica, especialmente a nivel nacional. Este escaso
tratamiento, no puede ser justificado por calificar estos fenómenos de “raros”
o por asumir que son realizados por pocas personas de la población. Más bien,
aparece como comportamientos generalizado y desplegado a través de diversas
instituciones y prácticas. Existe un amplio mercado de apuestas, dentro de la
legalidad, que incluye las loterías (Loto, Kino, etc), los casinos, las
carreras de caballos (diversos hipódromos), las maquinas tragamonedas, deportes
(Xperto) y las apuestas online. Según el diario chileno “Estrategia”, la
industria de apuestas facturó sobre los US$1.200 millones el año 2010, con
proyecciones de alza para el año siguiente. Según el estudio, “el gasto per
cápita de los chilenos sólo en juegos de azar (Polla y Lotería) alcanzaría los
US$17, tres veces menos que en Estados Unidos, pero superior a Perú. En la
hípica, en tanto, el monto de apuestas es el mayor de Sudamérica”.
Esta información permite comprobar que nos encontramos frente a un mercado
bastante consolidado en Chile, en el que cotidianamente podemos encontrar que
participa buena parte de la población, aunque sea de forma esporádica. A pesar
de la extensión del mercado de apuestas, existe poca reflexión al respecto en
nuestro país. Las ideas que se manejan en el imaginario cotidiano varían según
el tipo de apuestas que se realice. Por lo general, las apuestas en lotería de
forma regular no se consideran nocivas, en cambio la apuesta regular en casinos
o carreras de caballos adquiere, a veces, rasgos de vicio o patología. De esta
manera, algunos segmentos de este mercado se relacionan a diversos tipos de
consumidor, asumiendo en algunos casos comportamientos nocivos y, en otros
casos, inofensivos. Ante este escenario, surge la inquietud por observar más de
cerca este mercado de apuestas, intentando generar una reflexión más seria
sobre las prácticas del consumidor.
El interés de este trabajo tiene
que ver con el mundo de las apuestas en la hípica, específicamente con el caso
de las agencias Teletrak. El Teletrak es “una red de locales de Arica a Punta
Arenas, especialmente preparadas y adecuadas para la transmisión y venta de
apuestas de carreras de caballos de los Hipódromos centrales”. La Red
Teletrak es administrada por Club Hípico de Santiago y el Hipódromo Chile, pero
en ella están asociados el resto de los hipódromos del paísDe alguna forma, el Teletrak es la masificación de las apuestas en el
hipódromo, permitiendo a la gente apostar a kilómetros de las carreras
concretas. El hecho de que en Chile existan 199 locales de Teletrak, repartidos
en todas las regiones del país,
demuestra su masividad y, de alguna forma, su viabilidad económica. El hecho de
que el Teletrak transmita carreras de los varios hipódromos que existen a lo
largo de Chile (Antofagasta, Hipódromo Chile, Santiago, Valparaíso y
Concepción), permite que casi todos los días de la semana exista la posibilidad
de apostar en este rubro. En ese sentido, el Teletrak tiene la posibilidad de
generar apuestas con bastante regularidad y, considerando que en los días de
carrera hay 19 carreras, el gasto se puede dar de forma intensiva. Existen
varios tipos de apuesta que se pueden hacer en un día normal de carreras, que
varían su complejidad, asociando a mayor riesgo un mayor premio.
La apuesta mínima, para todos los tipos de apuesta es de 200 pesos, una
cantidad bastante pequeña, pero que puede ir aumentando con la posibilidad de
hacer más de una apuesta por carrera. Esto hace que en un día de apuestas, si se
apuesta 200 pesos por carrera el gasto sea de casi 4000 pesos. Sin embargo es
bastante poco común hacer sólo una apuesta por carrera, lo que hace que a veces
las sumas apostadas en un día normal puedan exceder los 10000 pesos. Del lado
de los premios, podemos encontrar que los últimos 10 años los premios
repartidos superan los US$ 26 millones al año, llegando el año pasado a
entregar una cantidad superior a US$ 30 millones.
Como se puede apreciar mirando las cifras, las cantidades que se mueven en el mercado
del Teletrak no son nada despreciables. Esto genera el interés por saber la
manera en que se producen los intercambios en este rubro y los elementos
involucrados en la práctica de apostar.
Para esto, es necesario el
acercamiento al espacio físico del Teletrak, lugar en el que se congregan los
“clientes” a apostar, espacio en el que se toma la decisión especifica de
realizar una (o más) apuesta(s). A modo de reconocimiento previo del terreno,
se realizaron dos visitas al Teletrak ubicado en la calle Providencia, a la
altura de Manuel Monnt. En base a la observación (participante) y
conversaciones informales, es posible hacerse una idea preliminar de lo que
ocurre en el Teletrak. El público-apostador es exclusivamente masculino, sólo
había una mujer y era la que vendía las apuestas, la mayoría de los asistentes
tiene más de 40 años y trabaja por el sector. Por lo general, la gente parece
un poco recelosa de exponer su asistencia regular al lugar, reconociendo
tácitamente el hábito de apostar como algo que debe permanecer anónimo. En
sintonía con esto, los ventanales del Teletrak son polarizados, permitiendo a
la gente que apuesta ser “invisible” para quien pase por afuera. Por otra
parte, la elección de la apuesta, que podía considerarse algo relativamente
simple considerando los tipos de apuesta existentes, aparece como un fenómeno
extremadamente complejo en la práctica. El acto de apostar, o la elección que
implica, se hace complejo ya que la cantidad de factores que pueden llegar a
ser importantes para la elección, son muchos y extremadamente variados. Pueden
ir desde elegir por el nombre del caballo (gusto propio), a un análisis
detallado de las estadísticas de los caballos, jinetes, criadores y dueños.
Pasando también por la lectura de “señas” que hace el jinete mientras pasea el
caballo, corazonadas místicas, conocimiento experto o información privilegiada.
En resumen, podemos encontrar en
el Teletrak una muestra de los que es el mercado de las apuestas. Un mercado que
mueve importantes sumas de dinero casi diariamente y que a pesar de ser un
fenómeno bastante generalizado, ha sido poco observado desde el mundo
académico. En el caso de la hípica, una de las actividades que motiva más
apuestas en Chile, el Teletrak cumple la función de masificar y extender la
posibilidad de apostar, fuera de los límites espaciales del hipódromo y lejos
del lugar físico de la carrera. Esto genera un nuevo espacio en el cual se
llevan a cabo las transacciones entre consumidor y productor, posibilitando
nuevas formas de consumo, modificando las relaciones sociales que hacen posible
la apuesta. La idea del trabajo es observar que ocurre en el Teletrak, identificando
elementos relevantes para la interacción en el mercado de apuestas.
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