jueves, 23 de agosto de 2012

Conceptos y preguntas


Como se mencionaba previamente, el  tema a estudiar es el mercado de las apuestas en Chile, específicamente el análisis de las (inter)acciones económicas en el espacio del Teletrak. Para realizar esta investigación es importante delimitar el concepto de mercado y, junto con ello, aquellas nociones que nos van a permitir observar y comprender lo que ocurre en el caso especifico del Teletrak. Para ello seguiremos la conceptualización de Callon (1998) sobre el mercado y las redes sociales. Luego, tomando aportes de Knorr Cetina & Bruegger (2002) y de Garcia-Parpet (2007) , se revisará la importancia de las tecnologías de la información, enfatizando también la consideración del espacio especifico donde se enlazan las agencias calculadoras y los elementos materiales que hacen posible el cálculo.

Para acercarse a la comprensión de lo que es un mercado, Callon (1998) parte de la definición de Guesnerie (1996), de la cual va a extraer los elementos relevantes para su propia definición. Lo importante, más allá de la definición de Guesnerie (bastante extensa como para revisarla aquí), tiene que ver con la interpretación que hace Callon de los elementos relevantes que comprenden la definición de “mercado”:

  • En primer lugar, el mercado está compuesto por agencias calculadoras (en vez de individuos racionales sobre o sub-socializados). Estas agencias, necesitan información para poder calcular. La información es requerida para que la agencia logre identificar estados de mundo (distribución de actores y bienes) y establecer patrones de acción que le permitan modificar o producir diversos estados de mundo.
  • En segundo lugar, el mercado implica una organización. Esto implica el reconocimiento de que pueden existir diversas agencias calculadoras y pueden estar distribuidas de forma variable.
  • Por último, el mercado es un proceso en el cual las agencias calculadoras se enfrentan y logran estabilizar acuerdos en forma de precios o contratos. Sin embargo, el carácter de proceso permite observar los cambios y la construcción de los acuerdos como performances históricas o situadas, no son acuerdos estáticos e inmodificables.


Una vez enunciada la idea de mercado, Callon va a proponer la idea de red social, como solución al problema de la sobre o sub-socialización del agente económico. Básicamente, la propuesta de Callon es que el agente sólo puede calcular en la medida en que se encuentra inmerso en una red de relaciones con otros agentes. No quiere decir que el agente deba estar abierto al mundo, sino que el agente contiene al mundo, en la medida en que ese mundo está construido por el propio agente desde su propia posición en la red de relaciones. El agente no puede existir fuera de la red, porque no podría pensarse sin estar inserto en la red.



Otro concepto relevante que levanta el análisis de Callon, es el de enmarcar. Con esto, hace referencia a que para llegar a realizar un cálculo, el agente debe haber delimitado una cierta cantidad de elementos que se van a considerar en la operación de calcular. El enmarcado supone también desenredar, separar aquellas cosas que van a ser tomadas en cuenta para el cálculo, de la red de relaciones en la que está inserta, para poder realizar un cálculo más preciso con elementos bien delimitados. El último elemento que se tomará del análisis de Callon, tiene que ver con la importancia que adquieren los equipamientos y los dispositivos materiales (incluidos en la red), que moldean y especifican el cálculo de las agencias calculadoras en mercados concretos. Son las formas y las distribuciones específicas de las agencias calculadoras las que constituyen un mercado.

Para aproximarnos a los elementos específicos que pueden dar forma a un determinado mercado, tomaremos algunos conceptos del texto de Knorr Cetina y Bruegger (2002) sobre el mercado financiero. Los conceptos más relevantes para nuestra investigación son aquellos que nacen de la microsociología y tienen que ver con la delimitación de una situación, ligada a una ocasión concreta en un espacio específico. En esta línea, se hace relevante la distinción que establecen entre “embodied presence” (situación cara-a-cara) y “response presence”. Estas últimas corresponden a situaciones en las que los participantes pueden responder simultáneamente a un objeto común, pero sin estar físicamente presentes uno con el otro. En este último caso adquiere importancia la tecnología, que puede generar encuentros mediados por objetos electrónicos, como las pantallas. De este tipo de situaciones va a surgir otro concepto relevante para nuestra investigación, que tiene que ver con lo que los autores llaman “face-to-screen situation”. Esta es una situación donde el espacio y sus elementos están configurados para privilegiar una interacción con la pantalla, antes que con los otros elementos que se encuentran presentes. Esto conlleva a una “división del trabajo” de los sentidos, donde la pantalla domina la interacción, concentrando a la vista, mientras que todo lo que ocurre alrededor queda en un segundo plano, captado por medio del oído.

En el texto de Garcia-Parpet (2007), al igual que en este último, podemos encontrar el énfasis que se hace en la coordinación de los agentes en un mercado mediante objetos tecnológicos (pantallas). Es decir, fomentando la interacción entre hombre y pantalla, cambiando la relación social que podría darse entre personas (como el regateo, de Geertz (1978)), por una configurada por objetos. Además, la autora otorga relevancia a la ordenación de los elementos en el espacio en el cual se llevan a cabo las actividades económicas. Lo que tiene que ver con la modificación o formateo sobre una determinada forma de calcular las acciones. En el caso del mercado de frutillas que observa la autora, es posible encontrar intencionalidad a la hora de “producir” un mercado, ordenando los elementos que constituyen la red de cierta forma, para privilegiar un determinado tipo de agentes calculadores (impersonales por ejemplo, por sobre una relación cara a cara).

En base a esta revisión de autores, es posible plantear el problema de manera más clara sobre el mercado de apuestas presente en el Teletrak. Las consideraciones de Callon, nos llevan a plantearnos el problema en torno a la exploración de la diversidad de formas y distribuciones  de agencias calculadoras, que constituyen una organización relativamente estable, es decir, un mercado. En esta línea, los aportes de los otros autores, permiten que nos planteemos la importancia del espacio específico de un local (Teletrak), como parte de una red, en la cual se construye una situación específica de calculabilidad (apuesta). Para poder observar cuales son las características del cálculo en la apuesta hípica, es necesario dotar de importancia al tipo de interacción que se genera por medio de las pantallas y de la distribución material del local de Teletrak. Las nociones de “face-to-screen situation” y la intencionalidad que puede estar detrás del diseño del espacio de intercambio, adquieren relevancia para el caso especifico que queremos observar. A partir de esto es posible extraer la pregunta: ¿Qué tipo de agencia calculadora es la que posibilita el espacio del Teletrak? Y más específicamente ¿Qué rol juegan las pantallas y la distribución de los objetos en esta red? ¿Cuáles son los elementos que enmarcan la decisión de apostar en el local de Teletrak y como se desenredan para realizar el cálculo? 


Bibliografía
  • Callon, M. 1998 'Introduction: The embeddedness of economic markets in economics', in M. Callon (ed) The laws of the markets: Blackwell Publishers / The Sociological Review. En español en: http://apuntescecyp.com.ar/index.php/apuntes/article/view/123
  • Garcia-Parpet, M.-F. 2007 'The Social Construction of a Perfect Market: The Strawberry Auction at Fontaines-en-Sologne’ in D. MacKenzie, F. Muniesa and L. Siu (eds) Do Economists make markets? On the performativity of economics, Princeton: Princeton University Press.
  • Geertz, C. (1978). ‘The Bazaar Economy: Information and Search in Peasant Marketing’, American Economic Review 68 (2) :28-32.
  • Knorr Cetina, Karin D. and Urs Bruegger (2002) ‘Global Microstructures: The Virtual Societies of Financial Markets’, American Journal of Sociology 107(4).


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